La religión cristiana, al ser expansionista y monoteísta, ha correlacionado la idea de un dios único con la de un único sujeto trascendente, el macho, relegando a la mujer al espacio de lo no existente y objetivable, en clara correspondencia con la ideología andro-céntrica. El tomar distancia de la experiencia religiosa no basta para cuestionar esta complicidad; se hace necesario resignificar los imaginarios religiosos bajo el parámetro del concepto de pecado social y personal, encontrando nuevas formas de acercarse teórica y metodológicamente a lo trascendente, a lo corporal, a la fe y a la cotidianidad.
“La UBL desde las Ciencias Teológicas me ofreció instrumentos para seguir construyendo una sociedad crítica y analítica, con justicia social y paz entre las culturas, dentro de permanentes procesos interculturales y descolonizadores.”
César Augusto Barahona - Perú